Con el advenimiento de la burbuja inmobiliaria, en Europa un elemento que había desaparecido del paisaje, son las grúas.

Un buen signo es volver a verlas, significa que lo peor ya pasó y es la situación que está viviendo España, el principal foco de declaración de estado de burbuja inmobiliaria.

Se conocerá como la era en que los bancos tuvieron que convertirse en inmobiliarias.

Las medidas tomadas por el gobierno, para paliar la crisis está rescatando lentamente el déficit de la vivienda, con lo que arrastra a las constructoras que vuelven a colocar sus grúas, un alivio luego de una austeridad que salpicó con sus efectos al resto de los países de la Eurozona.

Luego del mítico número de 7 años de zozobra, la recesión parece que ha terminado, el stock de vivienda que estaba en mano de los bancos, está en manos de los futuros dueños, con políticas de apoyo económico.

Una de las características fue bajar el precio de la vivienda, que es como se sale de las crisis cuando los productos tienen un precio que no alcanza para comprarlo.

Es por eso que llama la atención cuando en nuestro país, en un sector que se viene quejando largamente de encontrarse en picada, paralizando las operaciones de usados, no haya una baja de precios en las viviendas.

Mientras en España ya salieron de la crisis, en Argentina se espera que el cambio electoral resulte en un cambio en la política cambiaria, con lo cual, se piensa reactivaría el sector.

Sin embargo, si debemos comprender los procesos inflacionarios, tal situación podría no darse, ya que el sector inmobiliario no es la prioridad gubernamental, sino la balanza de pagos de deuda.

Si el gobierno actual no ha encontrado otra solución más que controlar la compra de moneda extranjera, ninguna política ha manifestado con qué truco mágico va a lograr salir del control de la compra del dólar.

Los analistas piensan que la política cambiaria solo variará para beneficiar a los que se hagan cargo, pero que para la población común, el problema seguirá siendo el mismo, la falta de acceso a la vivienda.

La única especulación posible será nuevos convenios para activar los créditos hipotecarios, cosa que el actual gobierno no pudo realizar por su enfrentamiento con los poderes económicos que podrían proveer los fondos y su negativa a seguir endeudándose.

En nuestro país, las grúas ya se sembraron, los negocios con propiedades nuevas, son factibles y están en pesos.

Habrá que ver cómo impacta la reactivación de la vivienda española, en el resto de la Eurozona, que se espera contagie y propague negocios que desde hace años vienen rezagados.

Desde ya, el primer impacto positivo, el empleo, hizo crecer el producto bruto interno, buenos augurios para España.